Hubo un tiempo en el que la vida me puso en el rincón más oscuro, entre cuatro paredes que parecía consumir cada resquicio de esperanza. Sin nada más que un silencio implacable como compañía, mi mente se sumergía en la tristeza, y llorar hasta quedarme dormido se convirtió en mi único escape. No había un camino claro, ni alguien a quien llamar. A veces la opción de terminar con todo parecia la salida más cercana y la paz que tanto anhelaba. Me preguntaba si algún día tendría sentido luchar, o si alguna vez alguien vería algún valor en mí.

Mi existencia se redujo a sobrevivir. Había noches en las que el frío de la calle me recordaba que el simple acto de respirar podía ser doloroso. Y en medio de esa incertidumbre, escuchaba el eco de las palabra hirientes, que me decían que yo no lograria nada, que mi vida era una causa perdida. Las palabras de otros, incluso de quienes más amaba, me hacían dudar de mi propio valor, y en algún momento, hasta comencé a creerles.

Pero en la oscuridad más densa, algo en mi se negó a desaparecer. Una pequeña llama permanecía encendida, una ilusión de que tal vez mi vida pudiera tener otro propósito, de que, algún día, mi historia podría inspirar a alguien más a no rendirse. Comprendí que si me mantenía en pie, era porque aún había una razón para estar aquí.

Así nació «EL PODER DE UNA GRAN HISTORIA». Y con ella, la promesa de que, si lograba transformar mi historia, tambien podria ayudar a otros a hacer lo mismo. Hoy , este libro no es solo un reflejo de mi viaje, sino un mensaje para cada lector de que la vida, aunque difícil, siempre puede ofrecer una nueva oportunidad de comenzar.